Uruguay y Montevideo
El Uruguay
Por su tamaño (176000 km2) y escasa población (3,5 millones de habitantes), el Uruguay puede parecer menos atractivo que Brasil y Argentina, o que otros países más “exóticos” como Perú y Bolivia. Es verdad que cuenta con menos diversidad cultural y de paisajes y no es tan dinámico económicamente como sus dos enormes vecinos. Sin embargo, aquellas personas que han permanecido en Uruguay un poco más que la típica estadía turística, descubrieron un país al alcance de todos, donde sentirse cómodo y en casa es casi natural. Ese bienestar se debe también a su tamaño, relativamente pequeño en comparación con otros países latinoamericanos, y a la mentalidad amena y acogedora que eso genera en su gente.
El Uruguay cuenta con 660 kilómetros de costa atlántica, de los cuales 220, ubicados en los departamentos de Maldonado y Rocha, son considerados como oceánica. En ellos se encuentran los balnearios más famosos y frecuentados del Uruguay: Piriápolis, Punta del Este, La Pedrera, La Paloma, Cabo Polonio y Punta del Diablo entre otros. En Rocha hay además parques nacionales y áreas protegidas, se pueden avistar ballenas, hacer observaciones de pájaros y practicar surf y otros deportes náuticos en la costa.
Al oeste de Montevideo el estuario del Río de la Plata ofrece un ecosistema muy particular donde se mezclan agua dulce y salada. Los departamentos de Colonia, con su capital histórica Colonia del Sacramento (declarada patrimonio por las Naciones Unidas) y San José son departamentos orilleros del Río de la Plata.
En el interior, el país está dividido geográficamente por el Río Negro, que bordea entre otros el departamento de Tacuarembó. De éste último procede la típica imagen del gaucho a caballo o con su mate, así como numerosos cantantes y artistas nacionales.
Al norte, en los departamentos fronterizos con Brasil se percibe la influencia de la cultura y del idioma brasileños, así como en otros departamentos al sur del río Negro, que también hacen límite con Brasil (Cerro Largo, Treinta y Tres y Rocha).
Por fin al oeste del país están los departamentos orilleros del Río Uruguay (Salto y sus baños termales, Paysandú y Río Negro).
En el interior del país se puede disfrutar del turismo rural en numerosas estancias, que proponen paseos a caballo, asistir a la elaboración de productos artesanales y por supuesto, degustar el típico asado. En otros puntos del país, los más deportivos pueden dedicarse al turismo aventura (kayak o mountain bike.) y volviendo hacia Montevideo, en el departamento de Canelones, encontramos varias y excelentes bodegas que conforman la conocida ruta del vino.
Montevideo
Además de capital, Montevideo es la ciudad más grande y poblada del país, ya que con su millón y medio de habitantes abarca casi la mitad de la población nacional. Sin embargo, en comparación con las demás capitales latinoamericanas (empezando por su gigantesca vecina Buenos Aires) mantiene un ambiente tranquilo, casi provincial, donde el turista y el propio montevideano se mueven con relativa soltura.
Como toda capital ofrece cantidad de comodidades y servicios, sean comerciales (bancos y tiendas), turísticos (puerto, aeropuerto y terminal de buses) y culturales, ya que cuenta con una intensa actividad teatral y musical, es la cuna del candombe (ritmo afro uruguayo tocado con tambores y acompañado de bailarines y personajes tradicionales) y del tango.
Los amantes del cine disfrutarán de Cinemateca, donde se proyectan a precios muy accesibles clásicos del cine uruguayo e internacional. En cuanto a eventos culturales, los más importantes son el Carnaval, que tiene lugar cada año en febrero y marzo y la Semana Criolla, en Semana Santa, donde se realizan distintas actividades y espectáculos relacionados con la cultura rural del Uruguay.
Gran parte del encanto de Montevideo reside sencillamente en sus parques, sus calles arboladas, en sus barrios, tranquilos o animados en los que siempre encontramos alguna feria, como la de los domingos en Tristán Narvaja, donde conviven antigüedades, frutas y verduras, animales y artesanías. Y por supuesto en la Rambla, paseo marítimo que bordea toda la ciudad y donde se juntan montevideanos y extranjeros a pasear, tomar mate, pescar y disfrutar del Río de la Plata.